Gestión del tiempo para mamás: cómo conquistar tus objetivos sin dejar de lado tu vida en pareja

No sabes muy bien cómo, pero has sobrevivido a tus primeros días como mamá. ¡Enhorabuena! Respiras hondo y te tranquilizas pensando que todo será más fácil a partir de ahora. Pero pasan los días y sientes que tu lista de cosas que hacer te va alcanzando poco a poco.

¿Sientes que no llegas a todo? ¿Estás agotada y solo quieres dormir, pero tu lista de responsabilidades va en aumento?

Sabemos de lo que hablas.

Y no queremos engañarte, probablemente no llegues a todo. Pero no te desmotives, porque hoy vamos a compartir contigo nuestros mejores secretos para que cambies tu perspectiva sobre la organización del tiempo como mamá primeriza.

Hemos recopilado y destilado una lista de consejos a prueba de madres para administrar tu tiempo de forma eficaz. Si buscas sentirte más libre, estar más presente y reducir tus niveles de estrés, has llegado al lugar adecuado. 

Empieza por tus motivaciones

Antes de sacar una agenda y de buscar formas de utilizar mejor tu tiempo, es importante que te detengas un momento a pensar en tu propósito.

Lo primero que debes analizar son tus propias motivaciones. Para ello, puede ayudarte responder a las siguientes preguntas:

¿Por qué es importante para ti tener tiempo para lo que te propones hacer?

¿Cuáles son los valores que te llevan a ello?

¿Cómo imaginas que sería un día en tu vida si consigues todo eso que te has propuesto?

Entender nuestras motivaciones es importante porque nos ayuda a definir el objetivo y a reconocer el momento en el que lo hemos alcanzado.

Por ponerte un ejemplo, imagínate que te propones salir a dar un paseo de 45 minutos todos los días mientras tu pareja juega con el bebé. Tu motivación aquí podría ser “quiero pasear a diario porque me ayuda a sentirme en forma” o “quiero dar este paseo porque necesito unos minutos de tranquilidad” o “quiero pasear porque conecto con la naturaleza, y eso es importante para mí”. 

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Tener claro el por qué haces lo que haces, además de ser una gran motivación, te ayuda en dos sentidos:

  1. Aclara tus criterios de éxito: Si buscas tranquilidad, puede que sacar tiempo para unos minutos de lectura en el sofá con un buen libro sean un éxito, pero no lo serán tanto si buscas ese contacto con la naturaleza.
  2. Te ayuda a tomar decisiones: Tus amigas te proponen dar un paseo por el centro comercial. Si conoces tu motivación para querer dar un paseo, será fácil para ti decidir si te apuntas al plan.

Otro aspecto importante, que suele salir a la luz al hacerte este tipo de preguntas, es analizar si estas motivaciones son realmente tuyas o si son externas.

Te animamos a que aproveches este momento de reflexión para trazar una hoja de ruta que sea tuya y solo tuya: solo tú deberías decidir el tipo de madre que quieres ser. Responder a motivaciones externas, además de ser agotador, muchas veces no acaba siendo sostenible a largo plazo. 

No nos engañemos, esta es una etapa dura en la que todas intentamos encajarlo todo, pero cuando no es posible terminamos por decir que no a algo, y ese algo suele ser aquello en lo que no creemos. Y así debería ser.

Sé tú misma y define tus propios objetivos como madre.

Reconsidera tus expectativas

Si nos has hecho caso y tienes claro por qué quieres hacer todas esas cosas que tienes en el calendario, estamos orgullosas de ti. 

El siguiente paso sería el equivalente a regular el volumen cuando escuchas tu canción favorita en la radio. Muchas veces, cuando nos planteamos nuestros objetivos, pensamos en absolutos, sin prestar atención a todos esos niveles intermedios de éxito que podríamos conseguir. 

Quizá quieras formarte en programación web porque buscas dar un cambio a tu carrera profesional y esa habilidad es imprescindible para ti. Si te has propuesto hacer un curso que te exige una dedicación de 20 horas semanales, quizá vale la pena plantearse si no hay otra vía. Puede que ver una píldora en vídeo cada día de 10 minutos sea más práctico ahora mismo. ¿Necesitas realmente el curso de 20 horas? ¿O te vale con ir dando pasitos y aprendiendo poco a poco?

Recuerda aquí lo que decíamos de la motivación, y piensa en cómo medirás el éxito. ¿El éxito significa terminar el curso? ¿O también lo es abrir tu página web con lo que has aprendido en esos vídeos?

Sé amable contigo misma, y recuerda que una parte importante de tus energías ahora van a estar dedicadas a tu familia. 

No queremos animarte a renunciar a nada, pero márcate metas realistas. 

Claves infalibles de gestión del tiempo para madres

Una vez tienes claro cuáles son tus motivaciones y has marcado expectativas razonables para tus metas, ha llegado la hora de pasar a la acción.

A continuación compartimos contigo las mejores técnicas para que gestiones mejor tu tiempo en esta nueva etapa como mamá.

Elimina

Si solo te llevas una idea de este texto, esperamos que sea esta: antes de ponerte a hacer, elimina tanto como puedas. Revisa tus compromisos actuales y considera uno por uno cuántos no tienen hueco en tu nueva vida de mamá. 

Esto no significa necesariamente que renuncies a cosas que te gusta hacer. Como hemos comentado antes, si tienes claras tus motivaciones sabrás qué cosas son importantes y cuáles pueden esperar a otro momento.

Puedes eliminar cosas tan grandes o tan pequeñas como quieras. ¿Pagas una suscripción a una plataforma de streaming pero no tienes tiempo para verla? Si esto te hace sentir mal, deshazte de ella durante un tiempo.

¿Eres voluntaria en un comedor al que vas dos días por semana? Plantéate hacer una donación en lugar de dedicar tu tiempo durante este periodo.

Planifica tu proyecto

La vida con un bebé en casa no es fácil. Si además unimos a esto todos tus planes y objetivos al margen de tu vida como mamá, el organizar tu tiempo puede convertirse en un proyecto complejo.

No vamos a decirte que necesitas herramientas sofisticadas para llevarlo a buen puerto, pero sí te recomendamos que te sientes unos minutos con un boli y un cuaderno a crear un plan de acción.

Escribe los objetivos principales que quieres marcarte en este periodo. Intenta ser tan específica como puedas. 

Después, para cada uno de esos objetivos, decide si hay pasos intermedios que debas dar. Si unas acciones dependen de otras, escribe esas dependencias, y decide cuál es el primer paso que puedes tomar para cada objetivo. 

Marca también el tiempo aproximado que quieres dedicarle a cada cosa.

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La regla de los 2 minutos

Una vez tengas una lista de objetivos y tareas a tu disposición, es hora de ponerse manos a la obra. 

¿Has oído hablar de la regla de los 2 minutos? Es muy utilizada en sistemas de productividad y efectividad personales y consiste en preguntarse, para cada tarea, si te llevará más de 2 minutos completarla. 

Si la respuesta es no, deberías intentar hacerla en ese mismo momento siempre que te sea posible. Si la tarea te lleva más de 2 minutos debes recogerla y agendarla para más tarde.

Esta herramienta es útil porque muchas veces son las pequeñas tareas las que más nos preocupan y estresan. Puede que hayas hecho una montaña de algo como “llamar al seguro”, pero realmente la llamada en sí apenas dura dos minutos. Ataca este tipo de obligaciones en cuanto llegan a tus manos y reducirás tu nivel de estrés.

Piensa en días, no en horas

Las personas tendemos a sobreestimar lo que podemos conseguir en un día, y subestimar lo que podemos lograr en un largo periodo de tiempo. 

En función de tus objetivos, puede que te interese dedicar días enteros a uno concreto. Por ejemplo, imagínate que te has propuesto escribir un libro de recetas. Puede que avances más si bloqueas una mañana entera en la que tu pareja se ocupe de los niños, que si intentas sacar 30 minutos cada día durante toda la semana.

Repartir tareas con tu pareja es muy importante para que ambos tengáis tiempo para vosotros. Cuando lo hagas, ten en cuenta todas esas otras cosas que quieres hacer y considera liberar días enteros en lugar de pequeños huecos. No siempre es posible pero te animamos a intentarlo.

Olvida el multitasking

Los primeros meses tras la maternidad son una etapa dura e intensa pero muy bonita y gratificante. Queremos que disfrutes cada momento, y por ello tenemos que insistir en este punto. 

No es lo mismo gestionar el tiempo cuando estás en la oficina que hacerlo cuando estás en casa, adaptándote a tu nueva vida de mamá y con un bebé que cuidar. Es el momento de estar presente, de disfrutar cada momento y de prestar atención a los detalles. 

Asigna bloques de tiempo a las distintas actividades que quieras hacer y respeta esos tiempos. Trabaja por estar presente mientras haces cada cosa, y aléjate de los pensamientos que te recuerdan todo lo demás que podrías estar haciendo.

Las técnicas de mindfulness y meditación pueden ayudarte mucho en este sentido.

Pequeños éxitos

Celebra lo que consigas cada día por pequeño que sea. 

¿Tienes que llevar el coche al taller pero solo has podido hacer una búsqueda y decidir dónde llevarlo? Es un paso. 

¿Te habías propuesto aplicar a un nuevo puesto de trabajo pero solo has podido actualizar tu CV? Mañana te llevará menos tiempo hacerlo.

Acostúmbrate a celebrar lo que sí que has hecho en lugar de pensar en todo lo que te falta por hacer. Este cambio de mentalidad es muy eficaz porque empezar una tarea es, muchas veces, lo que más energía conlleva.

Cuida de lo más importante: tú

Sabemos que las necesidades de tu bebé son tu prioridad número uno en esta etapa, pero descuidar las tuyas te puede pasar factura.

Dentro de tus objetivos debería estar el dedicarte tiempo a ti. Eso incluye cuidar tu salud física y mental y hacer hueco a aquellas pequeñas cosas que te hacen feliz.

Intenta cocinar con tu pareja comidas caseras y saludables, haz un poco de ejercicio y date un capricho de vez en cuando. 

El autocuidado es más importante que nunca en esta etapa. Hace unas semanas celebramos una sesión online para nuestras suscriptoras en la que Yolanda Carrió, nuestra psicóloga, nos contaba algunos consejos sobre cómo cuidar de nuestra salud mental.

Yolanda nos invitaba a hacer un ejercicio sencillo. ¿Te animas a probarlo? 

Guárdate 5 minutos al final del día, e intenta poner nombre a cómo te sientes. Acepta estas emociones, sean las que sean, y no las juzgues. Es completamente normal tener emociones desagradables en esta etapa y ponerles nombre hace que ganemos perspectiva y que consigamos alejarnos de ellas.

Tu vida en pareja

La llegada de un bebé a casa no debería suponer el fin de vuestra vida en pareja. 

Para ello es importante que incluyas el cuidado del vínculo con esa persona como un ingrediente esencial en esta nueva etapa

No asumáis por defecto que debéis renunciar a hacer todas las cosas que os gustan y que hacíais antes juntos. Desde llevaros a vuestros hijos al gimnasio hasta seguir yendo el fin de semana a esa terraza que tanto os gusta al lado de la playa. Seguir haciendo los planes que siempre habéis hecho os ayudará a sentir un cierto grado de normalidad. 

Por otro lado, es fundamental que os reservéis algunos momentos para estar solos los dos. Una noche a la semana, dejad a vuestros hijos con sus abuelos o con un cuidador que designéis y que sea de vuestra confianza. Aprovechad para hacer algún plan que os una y que sea incompatible con vuestra nueva vida de padres. 

Además de esto, te animamos a que sigas mimando a tu pareja igual que lo hacías antes. Reserva un masaje en un sitio que te guste. Escribe una pequeña dedicatoria en una tarjeta y déjala en la almohada de tu pareja para que lo encuentre antes de acostarse. Estáis juntos en esto, y los pequeños gestos que hagáis para apoyaros el uno al otro harán que vuestro vínculo se fortalezca.

Qué hacer si todo lo anterior falla: el plan B

Si a pesar de todo lo anterior, sientes que no llegas a todo lo que te propones hacer y tus niveles de estrés están por las nubes, tranquila. 

Muchas veces pensamos que no existe otra forma de hacer las cosas hasta que no vemos alternativas. Aquí te dejamos algunas opciones de emergencia por si las necesitas.

Pide ayuda

Se trata de liberar algo de tu tiempo para que tú puedas dedicarte a esas cosas que solo tú puedes hacer. Coge un cuaderno y un boli y escribe de nuevo todas esas cosas que te has propuesto. ¿Puede alguien ayudarte con alguna de ellas? ¿Es posible delegar alguna de las acciones inmediatas que quieres hacer?

Puedes involucrar a tu familia y amigos cercanos, que estarán encantados de ayudarte. Pero además te animamos a que consultes algunos servicios profesionales que pueden hacer tu vida más fácil en este periodo. Por ejemplo, quizá nunca te hayas planteado llevarte la compra a casa y sea el momento de probarlo. 

Reinventa tus planes

Una forma de ahorrar tiempo y ser más efectiva es modificar algunos de tus compromisos. ¿Solías quedar a tomar un café en el centro todos los jueves con tu mejor amiga? No es necesario que renuncies a su compañía, pero quizá durante un tiempo podéis tomaros un café digital en su lugar. Puedes hablar con ella tranquilamente desde el sofá, y de paso ahorrarte el tiempo que tardas en llegar al centro.

Evalúa esas cosas que haces y que te llevan tiempo por el motivo que sea. ¿Puedes modificar alguna de ellas y ponértelo más fácil? 

Ríe y perdónate

Las consecuencias de no llegar a todo no suelen ser tan negativas como nos imaginamos. Te animamos a que seas comprensiva contigo durante este periodo. 

Hablar con otras madres que están en una situación parecida puede ayudarte mucho. Aprovechad para reiros juntas de vuestras vidas imperfectas y apoyaros unas a otras. El contar con una comunidad afín puede ayudarte a relativizar y a modular tus expectativas.

No disponible 

Colgar el cartel de no disponible de vez en cuando puede ser muy liberador. 

Seguro que alguno de tus amigos te ha dicho alguna vez algo como “estoy ahora mismo inmerso en este proyecto y no me permite hacer nada, no creo que pueda hacer planes hasta que no termine”. Es algo que todos entendemos perfectamente y respetamos.

Habla con tu círculo y pídeles que no cuenten contigo hasta dentro de unas semanas. Explícales que quieres centrarte en tu bebé o que además de cuidar de tus hijos tienes un proyecto personal en marcha y que eso requiere de tu tiempo ahora mismo. Sea cual sea tu prioridad, habla con tu círculo y explícaselo. Lo entenderán y seguro que además intentan ayudarte y hacer tu vida más fácil.

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Gestionar tu tiempo cuando acabas de ser madre no es una tarea fácil. Tampoco es fácil saber cuándo lo estás haciendo bien, por lo que muchas veces se convierte en una etapa muy estresante. Esperamos haberte animado con este artículo a relativizar y reconsiderar tus obligaciones, y sobre todo a pensar un poquito más en ti.

En SanaExpert llevamos años acompañando a mujeres embarazadas de todo el mundo durante esta etapa. Queremos ayudarte a sentirte bien y resolver todas tus dudas. 

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